En esta actividad, vamos a convertir una habitación o el pasillo de nuestra casa en una gran tela de araña que deberemos atravesar sin tocar ninguna de las cuerdas.
Con esta actividad debemos adaptar nuestras posturas y por lo tanto nuestro equilibrio a las peculiaridades del recorrido.
El laberinto lo podemos hacer con una cuerda de tender la ropa o con un ovillo de lana.
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